La empresa Puma Energy, presentó el estudio “The Changing Face of Latin America” (La cara cambiante de América Latina), el más reciente de una serie de informes a profundidad, realizados en colaboración con la firma de consultoría económica independiente Llewellyn Consulting.
Este informe se centra en las perspectivas económicas para América Latina, que comprende más de 30 países y es la segunda región más urbanizada del mundo. América Latina alberga a alrededor del 10 % de la población mundial y se ha integrado más que nunca a la economía global. El estudio se enfoca en las fuentes de crecimiento futuro de la región, su potencial y los desafíos a los que se enfrenta, incluido el hecho importante de satisfacer las necesidades fundamentales de infraestructura y energía.
América Latina se ha sumergido en el proceso de globalización
En las últimas décadas, la economía mundial ha experimentado una transformación a causa de la globalización del comercio y las finanzas internacionales, la revolución de los sistemas de información, la evolución de un mercado del petróleo transcontinental y un equilibrio cambiante del poder económico y político entre las regiones del mundo.
América Latina se ha sumergido profundamente en este proceso, y no es exagerado decir que esta ha sido una historia de éxito. En la actualidad, las percepciones tanto dentro de América Latina como en el mundo entero son más positivas que hace 30 años, cuando la región comúnmente se asociaba con una letanía de oportunidades perdidas y muchos países parecían ser incapaces de escaparse de la “trampa de la clase media”. Desde 2008/9, se ha restado importancia a la crisis financiera mundial sin demasiado dramatismo. Sin embargo, lo más importante es el hecho de que la democracia finalmente se ha arraigado, la estabilidad macroeconómica razonable se ha convertido en la regla en lugar de la excepción, y la región actúa como el principal proveedor de alimentos y materias primas para China e India, entre otros. Además, se están abordando las antiguas deficiencias de infraestructura.
Las historias de éxito en la región influyen las demás economías
Las recientes historias de éxito, como las de México y Chile (actualmente ambos son miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OECD, por sus siglas en inglés]), Colombia y Perú, y, a pesar una desaceleración reciente, Brasil, están acaparando los titulares y estimulando la imaginación de los responsables de la elaboración de políticas y la del público en general. Su progreso y desarrollo está atrayendo inversiones productivas, nuevas tecnologías y la experiencia del resto del mundo. Estas compañías, y otras que están en el proceso de implementación de reformas estructurales, generan un efecto de demostración poderoso y positivo sobre otras economías de la región cuyo deseo de expandirse y progresar es fuerte, independientemente de la etapa de desarrollo en la que se encuentren.
América Latina produce alrededor del 9 % del PIB mundial, y este porcentaje se ha mantenido ampliamente constante desde mediados de la década de los noventa a pesar del rápido crecimiento de China e India. A medida que América Latina crezca y se desarrolle, su demanda de energía aumentará drásticamente. En los próximos 20 años, se espera que la demanda de energía de la región crezca alrededor del 50 % y su demanda de petróleo, más del 20 %. En contraste, se proyecta que la demanda de energía de la OECD apenas aumente y que su demanda de petróleo caiga alrededor del 20 %.
América Latina todavía se enfrentará a desafíos importantes si desea alcanzar su potencial
A pesar del progreso y el desarrollo de la región, como sucede con todas las regiones que enfrentan un cambio estructural, América Latina debe confrontar continuamente un abanico de desafíos, sobre todo la reciente caída abrupta de los precios de una gran cantidad de materias primas. Para que las economías se acerquen a maximizar su potencial y crezcan sustancialmente, la prioridad continúa siendo una mayor flexibilidad y diversidad sectoriales.
Además, las políticas estructurales de cada país deben evolucionar a medida que las economías en sí mismas se vuelvan cada vez más complejas y el mundo a su alrededor cambie: la mente debe permanecer abierta a nuevos y mejores acuerdos comerciales; la infraestructura debe modernizarse; los problemas ambientales deben enfrentarse y las desigualdades de ingresos y los problemas de inclusión deben abordarse.
A pesar de estos desafíos, las perspectivas para los países de América Latina que salen de la “trampa de la clase media” han mejorado significativamente, y es probable que la región juegue un papel cada vez más importante en la economía global en las próximas décadas.
“Nuestro rápido crecimiento en América Latina le ha dado a Puma Energy un punto de apoyo sólido en algunos de los mercados de mayor crecimiento de la región”, expresó Rodrigo Zavala, Director de operaciones para el continente americano de Puma Energy. “Nuestro enfoque es claro: brindar productos petroleros a partes del mundo donde nuestros clientes, empresas y comunidades más los necesitan”.
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